El acoso y el hostigamiento laboral dejan estela de enfermedades físicas y emocionales
El acoso y el hostigamiento laboral dejan estela de enfermedades físicas y emocionales
Benny Cruz Zapata
El acoso y el hostigamiento laboral que se da tanto institucionales como de la iniciativa privada, está dejando una estela de daños físicos y emocionales que van desde estrés, ansiedad, depresión, frustración, entre otros padecimientos; siendo los principales agresores en los centros de trabajo, el patrón, coordinador, gerentes y otros jefes inmediatos.
Lo anterior lo expone la Licenciada Liliana Botello Garza, de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, que se ha dado a la tarea de vincularse con la Dirección de participación social a cargo de Gabriela Braña para capacitar en torno al tema al personal del Programa de equidad y género.
Precisa que en el caso de las mujeres trabajadoras hay antecedentes personales de discriminación laboral, siguen percibiendo menos salarios que un hombre que hace el mismo trabajo o tienen el mismo puesto.
Detalla que el acoso y hostigamiento laboral se da también en oficinas de Gobierno:
“Se tiene conocimiento que se dan casos; por ejemplo, ella llegaba a su centro de trabajo, pero se negaba el uso de computadoras, se le negaban contraseñas; hacían campañas laborales y no se le tomaba en cuenta, el jefe inmediato solicito al resto de sus compañeros que no le hablaran, de hacerlo estaban amenazados con correrlos: el superior jerárquico la aislaba, ahí se están vulnerando todos los derechos”.
Comparte que también se dan ataques a la vida privada de las personas, burlas contantes y descalificando hasta el vestir de las personas:
“Otro caso se dio cuando una trabajadora de una empresa privada que sufría críticas a su vestimenta y apariencia otro de los casos paso con un trabajador a quien lo vigilaban contantemente haciéndolo sentir incómodo”.
Expone que las agresiones pueden ser físicas o psicológicas al desvalorizar siempre el trabajo de las víctimas; hay casos en donde los superiores jerárquicos llegan a la burla y descalificación del trabajo.
Ante el acoso y el hostigamiento; las y los trabajadores optan por dejar los centros laborales porque se llega a poner el riesgo su salud, tanto física como emocional:
“Una trabajadora o un trabajador acosado, sufre de estrés, ansiedad, impotencia fatiga, disminución de la autoestima, enfermedades al ser sometidos por sus superiores laborales”.
Agrega:
“Hay quienes se dañan la piel, se les cae el pelo y llegan a caer en depresión, afectando su entorno social y familiar, porque sufren de aislamiento, deterioro de las relaciones personales incluso familiares; llegan a las renuncias laborales ante lo toxico de sus centros laborales”.