LUPITA PEREA: AVENTURAS Y DESVENTURAS DE MUJERES EN LA POLITICA

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LUPITA PEREA: AVENTURAS Y DESVENTURAS DE MUJERES EN LA POLITICA
(Para que las tamaulipecas ejemplares como Lupita Perea,es necesario nombrarlas, en entrevista con el periodista Azahel Jaramillo)
Por Azahel Jaramillo

(Primera de tres partes)
Cd.Victoria, Tamaulipas, 03 Diciembre de 2009.- Guadalupe Perea Almanza, es una profesionista dinámica, atenta siempre a trabajar por las mejores causas de las mujeres priístas, preocupada por el bienestar de la familia en los cargos que ha ocupado en la administración pública municipal y en la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional. Actualmente reparte su tiempo entre su labor docente en la Secundaria Técnica número 6 , la dirección de Desarrollo Comunitario del PRI estatal y su hijo Pedro Velásquez Perea que está por culminar su licenciatura en Comunicación.
Ahora, situémonos en el año de 1972, en Reynosa, Tamaulipas:
Son los tiempos de bonanza del oro negro: Una muchacha delgadita, morena, hija de un maestro rural veracruzano que se había convertido en técnico perforador de pozos petroleros. Es Lupita Perea Almanza que a sus 16 años recita de memoria poesías de corte social de Margarita Paz Paredes e inspiraciones de Pablo Neruda, y es también activista fundadora del Frente Autentico Estudiantil Revolucionario de Ciudad Reynosa, Tamaulipas, el FAER.
La mirada de Lupita Perea se ilumina cuando comparte para los lectores de Expreso sus vivencias y recuerdos de sus luchas estudiantiles y sociales en el FAER: “Ahí participaban alumnos, mesas directivas, líderes cada una de las escuelas de nivel medio yb superior. Muy, muy politizado en cuanto al quehacer del activismo político de la época. Es así como yo me incorporo a este grupo”.
“Yo entro a trabajar a PEMEX, también abro un salón de belleza y me inscribo en la Prepa Popular que era una escuela nocturna y paralelamente en el FAER comienzo a trabajar en luchas sociales como fueron en ese tiempo las luchas .en apoyo a campesinos, y la que se dio para conseguir el 50 por ciento de descuento a los estudiantes en el transporte público. Todo eso me hizo a mi reflexionar. Creo que la influencia de la literatura, el conocer amigos que sentía yo que tenían credibilidad en sus luchas de esa época. Te puedo mencionar: Elpidio Tovar de la Cruz, René Borrego, Alfredo Díaz Palacios… que posteriormente debido a la misma situación de que crece el grupo tan fuerte, el despertar de conciencias en la clase estudiantil. Pues bueno, el muchacho desaparece repentinamente. Y se dice que fue secuestrado y que lo mataron. Ello genera un movimiento social de la época de quienes buscábamos la justicia de saber que había pasado con él”
—- Alfredo, ¿era tu novio?
En ese momento de la entrevista la mirada de Lupita Perea se nubla de tristeza, y responde:
—– Sí. Esa gran parte de mi vida…
—-¿Fue una gran perdida?
—-Pues mira, te voy a decir que todas las cosas que se pierden te duelen, en cuanto a los seres humanos. Hay gente que es de tu familia y gente que no es tu familia pero igual te duele perder un amigo, que te duele perder un padre, como el mío, que me dolió muchísimo su partida. En el caso de Alfredo fue muy diferente, como la canción “qué a dónde van los desaparecidos”.
—-¿Canción de “Maná”?
—- Así es. Yo no asimilé tan pronto su perdida porque mantuve la esperanza de que él estaba vivo. Yo jamás en esa época vi su cuerpo como para confirmar que estaba muerto.
—-Estamos hablando ¿de qué año?
—-Del 72. No es lo mismo, como en el caso que muere mi padre, lo veo en la caja, osea tuve la oportunidad de despedirme. En el caso de Alfredo no. Nosotros habíamos estando conmemorando el 2 de octubre (aniversario de la matanza de Tlatelolco) del 72. Habíamos organizado un festival artístico en la plaza donde teníamos un local donde convocábamos a los jóvenes a conocer la historia, el antecedente y fomentar conciencias para la participación social. Ahí teníamos una biblioteca que habíamos formado nosotros, que habíamos solicitado un espacio. Era tan grande nuestra fuerza que lo habíamos conseguido. El gobierno municipal nos aceptó tener un local en la Plaza de los Niños Héroes, ahí en Reynosa. Ahí era nuestro lugar de lucha. Trabajamos con el panfleto, con el volante, con las pintas, con el boteo, lo que era en esa época una lucha estudiantil valida, despertando conciencias..
—¿Tuvieron logros concretos, apoyaron causas?
—-Logros, tuvimos uno, yo creo que fue el más importante: Motivar y concienciar a muchos jóvenes de mi época que pudimos rescatar de otros intereses donde yo creo que el aparato represivo tenía muchas maneras de aniquilar las conciencias de los jóvenes y utilizaba mucho la droga, el que se fueran a Estados Unidos a trabajar, el que no continuaran sus estudios. Creo que este grupo formó un tipo de conciencia donde los jóvenes encontramos la cultura, la educación ideológica, el solidarizarnos con otros grupos sociales que existían que fueron los campesinos. Recuerdo perfectamente la toma de tierras de “Periquitos”. Hay un lugar precisamente ahí que lleva el nombre de Alfredo Díaz Palacios. Con esto quiero decirte que logros pues de acuerdo al momento y al tiempo que se nos permitió porque vuelvo a reiterar, tu sabes que hay muchas maneras de reprimir. Una fue la desaparición de Alfredo Díaz Palacios que obviamente desintegró y desactivo el grupo, porque muchos tuvieron que irse a estudiar a otras partes.
Yo me quede en Ciudad Reynosa. No me podía ir de Ciudad Reynosa, porque tenía todavía compromiso de seguir luchando porque Alfredo Díaz Palacios había dejando un gran hueco. Con su desaparición no lográbamos nuevamente armar el grupo juvenil, estudiantil para continuar participando. La represión fue muy fuerte, además de la presión de los padres, de la familia, de la Policía y las autoridades. Pero lo más importante es que creo fue un grupo que históricamente no nos quedamos al margen. Tomamos la decisión de participar.
—-De ese 3 de octubre de 1972 en que él desaparece, ¿cuánto tardas tu Lupita Perea, tu su novia en ir digiriendo que aparentemente ya no estaba en este mundo?
—–No es tanto el hecho de que bueno, se murió y lo enterraste. De hecho la cuestión para mi fue diferente. Una, porque una mujer de mi época y de mi edad no se podía dar el lujo de ser protagonista de un hecho social como el fue Reynosa. Una siendo hija de un trabajador petrolero que en ese tiempo no éramos una clase burguesa, pero si éramos una clase media que no tenias la excusa de que “no teníamos muchos recursos y ando aquí peleando por ellos”, pero si tenía una conciencia que mi padre me había formado.

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE MUJERES EN LA POLÍTICA
Hoy: Lupita Perea
Por Azahel Jaramillo
Fotos: Pablo Martínez Borrego
(Segunda de tres partes)
“Por otra parte el hecho de que él—Alfredo Díaz Palacios — llegara a Reynosa, formara el grupo, que fuera el líder, que fuera ideólogo del grupo pues el cortar la cabeza pues ya no es lo mismo pues surgen varias situaciones después de la desaparición de él. Muchos compañeros se desintegran. Y la tercera es que tuve que afrontar muchas cosas como mujer de mi época. Una, el que mucha gente puede pensar, como ocurrió si revisamos la hemeroteca de esos días, “pues se fue Alfredo Díaz Palacios, desaparece líder del FAER, deja novia, varias líneas de investigación, una de ellas puede ser que se fue dejando a la novia embarazada”, que “huyo, porque ya lo andaban casando”. Porque eso era posible, de acuerdo a la justificación de escenarios factibles. Para mi no era fácil.”
Después de la muerte de Alfredo Díaz Palacios yo tomo la decisión de quedareme en mi casa., de continuar en mi vida cotidiana, sin dejar de participar. Me incorporo más a la lucha de la Preparatoria Popular, me identifico un poco con la clase campesina, participo siempre como organizadora de conferencias de ese tiempo: Danzos Palominos, Valentín Campa, Demetrio Vallejo..
Posteriormente, yo creo que hubo un cambio en mi, porque después de eso, también mi padre retoma esa experiencia y me hace ver que no tenía edad para tomar decisiones tan fuertes, como era la participación de la familia. Tenía 16 años y carecía de afiliación partidista porque yo no era del Partido Comunista, en ese tiempo las mujeres no figurábamos en partidos como cuadros de activismo, más bien, éramos… yo decía “las reinas del mimeógrafo”, porque éramos las que hacíamos los volantes, el boteo, el engrudo, éramos colaboradoras de los compañeros que eran quienes se reunían clandestinamente con aquellas llamadas células del partido. Estudiaban y planeaban. En eso no participábamos las mujeres.
—¿Las mujeres estaban marginadas en ese momento?
—-No marginadas. Yo no puedo hablar por las demás, pero pienso que en mi caso pues el hecho de atender un salón de belleza, de trabajar en Petróleos Mexicanos, de ir a la Prepa, de ser hija de familia… pues no me permitía tampoco todas las libertades y yo creo que las reuniones siempre se hicieron en la noche, o en la madrugada, clandestinas y yo no tenías las libertades para participar. Yo aportaba lo que podía con relación a mi época.

Yo decido continuar mi vida. De repente veo que tengo mucho de identificación con la carrera de Trabajo Social. Cuando me vengo a Victoria a estudiar Trabajo Social, llego plenamente convencida de que yo quería ser trabajadora social. Llego a la facultad der Trabajo Social, me incorporó a la misma y me encuentro el terreno adecuado para mis inquietudes porque había pasado un proceso electoral de la rectoría donde el profesor David Rivera Ruiz, a quien quiero mucho y quien fue uno de mis grandes maestros solidarios con mi carácter y mi forma de expresión política. Ellos habían sido contrarios de los que en ese entonces tenían el poder de la UAT. Yo creo que esa fue una gran coyuntura para mi para hacer un buen trabajo como estudiante de Trabajo Social. Me toca en esa época, siendo al escuela contraria a los que ostentaban el poder en la Universidad, que eran Lavín y el grupo contrario era el de Luengas. Comienzo a aplicar mi sentido nato con mi liderazgo, lo cual me permite ser dirigente estudiantil en Trabajo Social.

“Yo fui criada por mi abuela. Fui una de las hijas mayores y eso creo que moralmente mi abuela nada más tuvo tres hijos varones y una mujer. Me quede a vivir con ella hasta la edad de 7 años. Y es que mi padre, por cosas de servir a su Patria… el auge petrolero en el norte lo obligan a ser trasladado. El trabajaba como técnico perforador de pozos petroleros en Isla de Lobos, en Tuxpan y se van a Reynosa. Eso obliga a que yo me sume ya a toda la familia, porque de lo contrario íbamos a estar muy distantes. Llegamos a Reynosa, yo se 7 años a cursar tercero de primaria en una escuela de hijos de petroleros que es la “Artículo 123, Melchor Ocampo”. Ahí termino mi primaria, y continuo con la secundaria, estudio academia comercial. Para ese entonces, para la familia petrolera .el otorgarte lo que le llamaban ellos, una plaza, una planta de PEMEX era la mejor herencia que se le podía dejar a sus hijos. Entro a trabajar a la edad de 16 años a PEMEX, y tenia aparte mi salón de belleza. Sin embargo yo siempre tuve la idea de estudiar y ser profesionista y creo que mi padre no es que me prohibiera de inicio una carrera profesional sino que quería lo mejor para mi- En ese tiempo, de auge petrolero, los sueldos en PEMEX eran muy buenos. Y eso aseguraba un mejor porvenir para mi, como hija mujer y mayor.
—¿Y como alumna en la secundaria como fuiste?
—-Tuve la gran fortuna de que fui una niña muy apreciada en mi familia y eso me hizo ser una niña muy segura. Siempre participé en todos los eventos culturales, recreativos y deportivos tanto primaria como en la secundaria. Y también tuve muchas experiencias políticas ahí mismo. A pesar de ser tan chica siempre anduve en las cosas nuevas que se requerían para tener una participación. En el caso del fútbol tu sabes que hubo una época en que sonó muy fuerte la participación de las mujeres.
—-Hubo un mundial de fútbol femenil en 1970, la peque Rubio…
—-Sí, pero el antecedentes es que las mujeres comenzaron a participar en equipos deportivos.
—-¿Qué posición jugabas?
—-Era portera… pero aparte jugué básquetbol, volibol, participe mucho tiempo en lo que era la poesía. Tuve la gran oportunidad en eventos del Gimnasio de la Preparatoria Escandon, cuando fue director el profesor Gumeresindo Guerrero, a quien le gustaba impulsar la cultura y la recreación en los jóvenes. Trajo varias veces a Margarita Paz Paredes al auditorio, con la que tuve muchas veces la oportunidad de compartir tardeadas de poesía.
—-En aquella época de tu adolescencia, ¿cuál era tú poeta favorito?
—-Pues yo creo que precisamente ella, influenciada por el libro de español, donde venía Margarita Paz Paredes. Ella tenia un libro que se llamaba “Señales”, que contenía algunos poemas que ella le dedicaba a Rubén Jaramillo, a la esposa de Jaramillo.
—Poemas de lucha social…
—-De lucha social.
—Pero también tenía de amor…
—-Sí, precisamente uno en la portada decía, y lo recuerdo perfectamente: “Espere no se vaya, le iba a decir que el corazón me duele y que… tal vez….

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE MUJERES EN LA POLÍTICA
POR Azahel Jaramillo
Fotos: Pablo Martínez Borrego
(Tercera y ultima parte)
—-¿Y Pablo Neruda y veinte poemas?
—-De hecho, Pablo Neruda y muchos otros los vine a deleitar y a tener un poco más de acercamiento cuando me incorporó a la Preparatoria Popular. Mis inquietudes me llevaban a hacerlo como una tarea recreativa, no como un compromiso de conocimiento cultural. Yo andaba en todo. Tenía siempre el apoyo de mis padres para siempre levantar la mano: “¿Quién quiere bailar el 10 de mayo?” Yo sabía que levantaba la mano y contaba con el apoyo de mis padres para participar.
—-Lupita, ¿por qué vas a una preparatoria popular, porque no fuiste a una preparatoria reconocida por la SEP.
—–Bueno, primero tendríamos que regresarnos. Yo fui muy delgada. Era una niña muy delgada y creo que mi padre, inconscientemente se molestaba mucho de que yo era de las que menos comía a la hora de los alimentos. Y siempre cuando papá llegaba las quejas de mi madre es que no comía. Se mortificaba. A la primer persona, que yo a la edad de 8, 9 años le escuché las palabras “proletario”, “burgueses”, fue a mi padre. Era de la manera que él me explicaba que había gente que no tenía realmente que comer. Y que yo teniendo no quisiera aprovechar los alimentos. Y por lo mismo de que no comía muy bien era enfermiza. Mi padre buscaba de mil maneras motivarme y en mí si hay una figura paterna muy fuerte. Mi relación con mi padre fue una relación muy cercana. Era un hombre con una memoria privilegiada, maestro rural a los 16 años. Su padre era petrolero. Y como en su época lo más importante era que tuvieras un porvenir asegurado, y PEMEX pagaba perfectamente y tenías muchas concesiones. Mi abuelo decide que fuera también petrolero, dado que el salario de maestro rural no era equiparable a de petrolero. Es así como papá de ser maestro rural pasa a ser técnico perforador de pozos petroleros. Papá era un hombre que leía mucho y le ha de haber tocado conocer la lucha de la escuela rural, de conocer personajes mexicanos de la historia, y tener conocimientos del materialismo dialéctico. De alguna me explicaba cosas.
—Porque era una trabajador petrolero letrado, como no era la generalidad.
—-Pero fíjate que además era un hombre que gustaba mucho de convivir con la familia. Su propio trabajo le obligaba a tener conocimientos sobre matemáticas, física y química, porque eso le exigía su trabajo. Yo era la mayor de esa familia, inquieta como siempre era yo creo que él le gustaba platicar conmigo sobre estos temas.
Yo termino la secundaria, entró a trabajar a PEMEX, tenía un salón de belleza. Por eso ingreso a una prepa popular porque las clases eran en la noche. Y yo quería seguir estudiando. Y papá decía que el futuro era la planta de PEMEX, que así resolvería mi situación económica a futuro. Pero tampoco nunca me quitó la intención de continuar estudiando.
Yo estudie en la Preparatoria Popular de Reynosa. Nos informan que la escuela noo se iba a incorporar a la UAT y me vengo de avanzada a estudiar a Ciudad Victoria a la Facultad de Trabajo Social para que cuando mis compañeros de la preparatoria terminaran se les reconocieran estudios. Llegó a la Facultad, y logro inmediatamente desde el primer semestre ser la Secretaria de Conflictos de la dirigencia estudiantil. Eso me da oportunidad de estar en la toma de decisiones del Consejo Técnico de mi escuela. Hubo un convenio de reconocimiento a los egresados de las Preparatorias Popularias, pero hasta ahí. Luego desaparecen las Preparatorias Populares.
—De ese tiempo en Trabajo Social, ¿a qué compañeros recuerdas?
—-A Luis Miguel Diez Cuán, Josefina Pimentel, Guillermo López Laguna y otros compañeros que sería muy extenso de anotar.
—-Me costa que sirves a le gente, que si alguien requiere de una medicina cara o de una atención hospitalaria, tu hablas con tus amistades para ayudarles, o ayudas a jóvenes con conductas conflictivas para salir de sus problemas en el Tutelar para Menores y cosas así, pero ¿cómo es que te decides a estudiar Trabajo Social?
—-“Mi antecedente primero por todo ese despertar de conciencia que mi padre hizo en mi, después de escucharle eso de que hay otros que no comen y tu que tienes son aprovechas. Claro que él me lo decía como padre, pero a mi eso me estimuló a preguntar, a comenzar a leer, a investigar. Había entonces mucha información, mucha literatura que tenía que ver con las clases marginadas, que tenía que ver que habíamos gentes que no estábamos asumiendo nuestro compromiso como profesionistas, como técnicos, como gente solidaria con otros que no tenían esas posibilidades”. .
En Trabajo Social es intenso: Se integra a la como dirigente estudiantil de la Federación Nacional de Trabajadores Sociales y gana primer lugar cuando se somente a concurso la creación del lema de la Federación: “Unión, Concientización y Praxis”.
—¿Cómo llegas al PRI?
—- Por un compromiso moral con una amiga y compañera de mi época: Rosalinda Guerrero Gamboa. Ella andaba en las juventudes revolucionarias. A eso se complementa un muchacho de mi época que siempre he admirada por su tenacidad y empeño: Ramón Durón Ruiz. Recuerdo que en esa época era regidor. Total que me incorporo a ayudarle a Rosalinda.. Reencontramos nuestra amistad. Y la fortalecemos, comprometiéndome yo a apoyarla a ella en sus tareas políticas. Ella viajaba mucho porque esta en Valle Hermoso y estaba en Victoria.
Y bueno, tuve un maestro al que le tenía mucho aprecio .Muchos de mis maestros eran priístas. Hago mi servicio social en la Presidencia Municipal, siendo alcalde Bladimir JOC, un priísta con el que también me identifique mucho. Aún haciendo nada más el servicio social, me da la oportunidad de hacer varias tareas que me dejaron un gran satisfacción.
“Yo. haciendo el cuestionamiento interno. Tú te cuestionas: “Bueno, yo traigo muchas ideas, tengo experiencia, tengo la formación profesional…¿ahora que me falta para realizarme? Me falta incorporarme a un partido, de una manera seria, responsable, convencida de que estar en él me va a servir para apoyar a los demás. Entonces, decido incorporarme al Partido, y de esa manera llegamos al Partido Revolucionario Institucional, donde quiero decirte que de primero muy difícil, porque también acuérdate que nuestras compañeras priístas, dirigentes, líder naturales de colonias, de ejidos, estaban po-se- sio-na-das del territorio priísta. El liderazgo de las mujeres estaba concentrado en las mujeres de las clases populares. Y para ellas llegar una profesionista, pues eran competencia. Nuestra llegada la veían como un arribismo y no normal, con la buena intención de sumarnos a su trabajo. Con trabajo nos ganamos a pulso el cariño de mujeres como María Luisa Galindo, Tola Turrubiates, y Ney Ruiz Ortega.

Azahel Jaramillo Hernandez

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